Hoy en día muchos son los que se quejan del rumbo de Nintendo. Siempre acusándola de infantil, de que en sus anuncios se ven a grupos de amigos y familias alegres compartiendo momentos de risas y felicidad. Todo eso tiene un porqué y solo puede hablar de ello alguien que ha experimentado en sus carnes la frustración, el odio y la ira que emanaban de esos demonios conocidos como Mario Party. Unos juegos que si los dirigentes del mundo se dignasen a probar probablemente viviríamos en guerra perpetua, y no os exagero nada, estos son los motivos.
Estos nueve juegos, si porque ya son nueve los hijos del diablo, tienen una mecánica sencilla pero demoledora. Juntas cuatro amigos, cada uno escoge su personaje de Mario preferido y automáticamente pasamos a un enorme tablero, con infinidad de casillas. Tras elegir los turnos de lanzamiento una estrella se pondrá en juego, el objetivo es hacerse con todas las que podamos por un módico precio, la pela es la pela, y el que mas consiga al final de la partida gana. Hasta ahí todo son flores y arcoiris, pero hay mucho mas bajo la luz del sol. Hay muchos tipos de casillas, las azules nos otorgaran dinero, las rojas no lo quitaran, las verdes provocaran eventos misteriosos y las casillas Bowser, bueno pobre del que allí caiga.
Al final de cada turno se jugara un minijuego, que puede ser todos contra todos, dos contra dos o uno contra tres. Ahí la rivalidad esta servida pues al ganador se le otorgara mas dinero convirtiéndose así en el objetivo numero uno, cabe señalar que también otorgan estrellas por ganar mas minijuegos que nadie, por caer en mas casillas verdes o tener mas dinero.
Por el momento no parece nada del otro mundo, si los minijuegos generan crispación a nadie le gusta perder, pero el juego provoca el odio, el odio entre gente que se quiere y eso solo se consigue con el robo. Si amigos el robo, en todos los tableros hay casillas de Boo, esos tímidos fantasmas que también por un precio, ¿que os creéis que las mansiones se mantienen solas? Accederán a robar monedas o lo que es peor una estrella a alguien de nuestra elección.
Ya empiezan de ese modo la miradas asesinas, las mentes se pervierten y instintos aletargados surgen inconscientemente. Pero es cuando ya se ha jugado mucho cuando toda esa rabia explota y se despliegan comentarios del tipo: "Como me robes a mi te tragas el mando", "Quitame la estrella a mi y te quedas sin cenar" o el chulito pero que en el fondo quiere jugar con tu mente "Me la puedes quitar a mi, me da igual". De este modo todas las partidas quedan manchadas, los lazos se rompen y ya no importada nada excepto hacerse con la victoria sea cual sea el precio.
Así que recordad, cada vez que veáis un anuncio made in Nintendo pensad que ha habido hermanos estrangulándose con el mando, amigos que soltaban improperios y puñetazos a diestro y siniestro, novias que lanzaban mandos como si de cuchillos se tratasen, padres que desheredaban a sus hijos... bueno con esta me he pasado pero podría ocurrir. Bueno eso es todo por hoy, sed felices, guardad la ira y sobre todo tened mucho cuidado, pues el Décimo engendro de Satán planea ya casi sobre nuestras cabezas.
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